Los Kamishibais: Puro arte para contar historias

Los Kamishibais: Puro arte para contar historias

Estamos en 1930, en la ciudad más famosa de Japón: Tokio.  El mundo hace frente a una gran crisis económica y, para sortearla, un hombre va por las calles vendiendo dulces y golosinas para los niños. Se ha quedado sin empleo, y tiene una idea para llamar la atención de los niños: entretenerles con el teatro. La fórmula para combatir su situación es simple: quienes le compren algo van a estar sentados en los mejores lugares para ver la obra y, si la obra tiene éxito, los niños le comprarán más productos.

Ese hombre ficticio en realidad no lo es tanto, porque refleja la historia de los casi dos mil cuentacuentos que rondaban por las calles de la ciudad en esa época. Personas que, para ganarse la vida, inventaron una forma de entretenimiento que aun hoy conservamos: los kamishibai (teatros de papel).

Los Kamishibai, unos objetos con historia

Son una forma de contar cuentos muy popular en Japón. Están formados por un conjunto de láminas que tienen un dibujo en una cara y texto en la otra (así, un intérprete puede leer el texto mientras el público observa las imágenes que ilustran la historia).

 

Bien es cierto que, en sus inicios, los Kamishibai eran un simple ‘cebo’ para atrapar a los más pequeños y hacer negocio. Sin embargo, varios expertos se dieron cuenta con el tiempo de las grandes posibilidades de este invento. Dos ejemplos de ello son el educador Kenya Matsunaga y el dramaturgo Shunjiro Ape, que fundaron en 1938 la Asociación del Kamishibai Educativo en Japón, con el objetivo de fomentar el aprendizaje de los niños, y no dejar esta gran idea como una simple ‘treta’ comercial.

Después de las guerras todo vuelve a la vida, incluidos los Kamishibai (que, como muchas otras cosas, se convirtieron en pura propaganda). Tras la Segunda Guerra Mundial, las personas dedicadas a este teatro callejero ya alcanzaban los cincuenta mil (aproximadamente) y empezaron a dedicarse a difundir mensajes positivos, educativos e inspiradores (como el de la paz).

Tras la aparición de la televisión, los Kamishibai pasaron a ocupar su lugar en guarderías, escuelas infantiles y colegios de primaria, fortaleciendo así su posición como forma divertida de entretener a los niños, que aprenden con las historias que escuchan y ven. Y así hasta el día de hoy, momento en el que organizaciones como la Asociación Internacional de Kamishibai de Japón (a la que podéis conocer aquí) luchan por divulgar esta vía de acceso a la cultura.

Teatro Kamishibai. Lo podéis encontrar en nuestra tienda República de Fantasía

 

Hoy en día, tenéis la posibilidad de comprar solo el Teatro Kamishibai A3 y crear tú mismo los cuentos en esa medida. También puedes comprar cuentos tradicionales de Nueva Zelanda, Vietnam, el Sáhara, Zimbabwe, etc. que se venden por separado ("Como Maui capturó el sol", "Cuando nazca Malik"…) o packs formados que vienen con el teatro y un cuento (como el Pack ‘Teatro Kamishibai big y Cuento "El Gato Sol"). 

Los productos de Kamishibai quieren “mantener la tradición”, y por ello su teatro “es robusto, de madera de nogal, para que así las historias se sigan sintiendo como en casa”.

Y… ¿Cómo comienza el espectáculo Kamishibai?

Una vez abiertas las puertas de este teatro, hay que saber usarlo. Os contamos cómo paso a paso:

 

  1. Ordena las láminas Kamishibai según su orden de lectura, fijándote en los números que las acompañan y con el lado de las ilustraciones hacia arriba.
  2. Una vez ordenadas, debes introducirlas todas a la vez en la ranura interior del teatro, mostrando la lámina número 1 hacia nuestro público.
  3. ¡Y aquí es dónde da comienzo la función! Si eres el narrador, deberás colocarte detrás del teatro Kamishibai y comenzar a narrar el texto que figura en el dorso de la última lámina, pues éste cuenta aquello que nuestro público está viendo.
  4. Una vez leído el texto correspondiente a la lámina número 1, deberás extraerla lentamente hacia tu derecha y colocarla en el último lugar de las láminas que ya están en el teatro, y será la que debes leer.
  5. Continúa con este sistema hasta finalizar la narración del cuento, y recuerda que cuanto más entusiasmo demuestres, ¡más entregado estará tu público! Anímate y dale vida a todas nuestras fantásticas historias…

¿También tienen beneficios?

Sí, sin duda. Y aquí os ponemos solo 5 ejemplos de las consecuencias positivas de los Kamishibai:

  1. Los niños participan en un espectáculo en grupo, lo que fomenta la diversión en conjunto y la colaboración y  aspectos como la imaginación y la fantasía.
  2. Son objetos que mantienen esa tradición de contar cuentos entre generaciones.
  3. Hacen que la lectura deje de ser algo aburrido para aquellos interesados más en otras opciones.
  4. Fomentan la cultura, porque transmiten historias de muchos lugares del mundo.
  5. Ayudan al aprendizaje de idiomas, integrando en una misma actividad distintas lenguas.

Como dicen en Japón, “bienvenidos al mundo del Kamishibai, ¡aquel donde los sueños se hacen realidad!“.

¡Quiero uno ya! ¿Dónde lo puedo conseguir?

Cómo te decíamos más arriba, en República de Fantasía puedes conseguir el Kamishibai y una gran variedad de historias que, sin duda, atraparán a vuestros hijos y les motivarán para iniciarse y profundizar en el maravilloso mundo de los cuentos. Sin duda, un regalo de éxito asegurado.

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