Una nueva ventana al universo: confirman la existencia de las ondas gravitacionales

Una nueva ventana al universo: confirman la existencia de las ondas gravitacionales

Tras semanas de rumores y expectación, el anuncio del LIGO ha llegado. El descubrimiento del año con olor a Nobel supone la última pieza que faltaba en el puzle propuesto por Einstein hace 100 años.

"Señoras y señores. Nosotros... hemos detectado ondas gravitacionales", así ha confirmado el hallazgo el director del LIGO David Reitze en una rueda de prensa que pasará a la historia. Estas ondulaciones son la última predicción de la teoría de la relatividad de Einstein que quedaba por confirmar, y ha costado un siglo lograrlo. El puzle está completo, y abre una nueva ventana al estudio del universo que nos permitirá comprender su mismísimo origen.

El Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO) afirma haber conseguido una detección equivalente a 5,1 sigma durante la fusión de dos agujeros negros de 36 y 29 masas solares, que finalmente se sumaron en 62 masas solares. Según los físicos, una significación estadística superior a 5 sigma ya es bastante fuerte como para hablar de éxito. Dicho de otra forma: habemus ondas gravitacionales.

Estas ondulaciones existen porque el espacio y el tiempo no son independientes, sino que forman parte de un único continuo llamado espacio-tiempo. El tiempo sería una cuarta dimensión que se sumaría a las otras tres del espacio.

Este espacio-tiempo es curvo y, según la teoría de la relatividad de Einstein, la gravedad es un producto de esta curvatura. Igual que la caída de una hoja sobre un estanque provoca ondas que se extienden en todas direcciones, el movimiento de los cuerpos provoca perturbaciones similares en el espacio-tiempo: las ondas gravitacionales.

Las ondas gravitacionales son perturbaciones en el espacio-tiempo similares a las ondas que surgen en un estanque cuando cae una hoja.

La existencia de las ondas gravitacionales ya era aceptada, aunque no se habían observado de forma directa hasta ahora. La dificultad estriba en que sólo objetos supermasivos y eventos muy violentos pueden generar estas ondulaciones con fuerza suficiente para que la detecte la —cada vez más sensible— tecnología humana. Sucesos como la fusión de dos agujeros negros observada desde el LIGO en dos detectores separados 3000 kilómetros en EEUU.

El artículo publicado en Physical Review Letters no pone punto y final a la búsqueda de las ondas gravitacionales, pues como sucedió con el bosón de Higgs todavía son necesarias más pruebas antes de confirmar su existencia por completo. Aunque es poco probable, la última detección de ondas gravitacionales del Big Bang que tuvo lugar en 2014 terminó siendo una falsa alarma provocada por el polvo galáctico.

Una vez se disipe cualquier duda, se abrirá la puerta a una nueva etapa de la investigación astrofísica y cosmológica, en la que se podría revelar el origen mismo del universo. Una hallazgo que figurará en todas las quinielas para el Nobel de Física, llamado a ser uno de los descubrimientos del año. Como añadía Reitze: "Lo emocionante es lo que viene después".

https://www.youtube.com/watch?v=rW9l4My9dGE&feature=youtu.be

 http://www.republicadefantasia.com/es/juguetes-y-regalos-astronomia/f-9

 

 

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